Aunque tarde, y en plena cuesta de enero, es bueno recordar el año que dejamos atrás y plantearse cómo queremos que sea el 2014. El 2013 ha sido un año increíble de cambios, con momentos buenos y otros no tanto y gente que me ha sorprendido, para lo bueno y para lo malo, pero que terminamos con ilusiones renovadas e importantes retos por delante.
Los malos momentos siempre son lo que primero nos viene a todo el mundo a la mente, pero vistos en perspectiva también deben servir de lección. En lo profesional empezamos el año cambiando de empresa en crisis (al menos me pude ir antes que algunos de mis compañeros) a la start-up Tapquo, etapa que una vez finalizada a mediados de año ha hecho que pasemos del mundo del empleo por cuenta ajena al empleo por cuenta propia, con los retos que ello plantea. Además, he pasado de vivir en el Norte de España a vivir en el centro, y ahora puedo decir que soy un…
Bilbaíno nacido en Gijón y residente en Fuenla