Basado en un hecho real
El otro día me encontraba en una terraza tomando algo y en la mesa de al lado, había cuatro personas de unos 25 a 30 años que hablaban sobre sus teléfonos móviles. En esto, una de estas personas, comenta que sigue usando su viejo Samsung “de concha” porque le parece menos lioso que el iPhone que le han regalado, y que lo lleva encima sólo para sacar fotos porque el viejo no tiene cámara… ¡Primer facepalm!
Dicha persona saca su iPhone y se lo enseña al resto de la mesa, que insiste que lo use más, y comenta que si le echan una mano lo prueba ahora a ver, puesto que le da algo de vergüenza. Así que lo coge una de las personas, poseedora de un Samsung Galaxy (SG), y le dice que le saque la SIM al viejo. Mientras la poseedora del iPhone saca la SIM de su viejo teléfono de concha, veo como la persona dueña del SG se pone a clavar las uñas en los bordes del iPhone buscando el “abrefácil” de la batería… ¡Segundo facepalm! Aunque esto podría ser comprensible, dado que el iPhone tiene un sistema distinto de acceso a la SIM.
El resto de gente de la mesa se puso a buscar cómo abrir la “tapa trasera” mientras que la persona dueña del teléfono repetía: “veis como es un lío de teléfono”…
En esto, que una de las personas de la mesa saca un iPhone y cuando el resto de la mesa está atenta a ver cómo se abre la tapa dice:
– Esperad, que mi teléfono tiene internet, así que busco cómo se abre la tapa del iPhone